La hepatitis aguda es bastante frecuente en los EE. UU.
Causas. Las siguientes son algunas causas comunes de la hepatitis aguda:
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Infecciones por virus (hepatitis viral A, B, C, D o E)
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Sobredosis de medicamentos (como el paracetamol)
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Exposición a sustancias químicas (como agentes de limpieza)
Síntomas. A menudo, la hepatitis aguda empieza con síntomas parecidos a los de la gripe.
Cada persona puede tener síntomas diferentes. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
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Ojos o piel amarillentos (ictericia)
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Náuseas
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Vómitos
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Falta de apetito
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Fiebre
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Sensibilidad en la parte superior derecha del abdomen
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Dolor muscular
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Dolor en las articulaciones
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Heces de color arcilla
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Picazón, urticaria de color rojo en la piel
Los síntomas de la hepatitis aguda pueden ser parecidos a los de otros problemas de salud. Consulte con su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.
Diagnóstico. El proveedor de atención médica le preguntará sobre su historia clínica. También le hará una exploración física. Es posible que le hagan análisis de sangre para controlar la función hepática y si hay lesiones.
Tratamiento. El tratamiento dependerá de los síntomas, de la edad y del estado general de salud. También, de la gravedad de la afección.
El tratamiento varía según el tipo de hepatitis aguda (viral o no viral). Quizá deba permanecer en el hospital si tiene un caso grave y agudo de hepatitis.
Las personas con hepatitis viral aguda pueden convertirse en portadores crónicos de la enfermedad. Deberá tener mucho cuidado para no contagiar la enfermedad.
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Algunas personas no se recuperan de la hepatitis aguda por completo. Desarrollan hepatitis crónica. Esto significa que el hígado sigue teniendo más lesiones e inflamación. Se dice que la hepatitis es crónica si los síntomas duran más de 6 meses. La hepatitis crónica puede durar años.
Los siguientes son algunos tipos de hepatitis crónica:
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Hepatitis crónica inducida por el alcohol. Causa daños en todo el hígado por el alto consumo de alcohol.
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Hepatitis crónica activa. Hay inflamación grave y daños en las células del hígado. Esto puede causar cirrosis. Tiene muchas causas.
Causas. Algunos virus, trastornos genéticos, enfermedades autoinmunitarias y medicamentos pueden causar hepatitis crónica en algunas personas, pero no en otras. Estas son algunas causas frecuentes:
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Hepatitis viral B, C y D
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Alto consumo de alcohol
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Ataques del cuerpo a los tejidos (trastorno autoinmunitario)
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Reacciones a determinados medicamentos
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Enfermedad de hígado graso no alcohólico. Esto es más frecuente en personas con afecciones metabólicas, como diabetes, hipertensión, obesidad y nivel alto de colesterol.
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Trastornos metabólicos (como la hemocromatosis o la enfermedad de Wilson)
Síntomas. Los síntomas suelen ser leves. El daño al hígado continúa. Pero la progresión suele ser lenta. Cada persona puede tener síntomas diferentes. Algunas personas pueden no tener síntomas. Otras pueden tener síntomas como los siguientes:
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Sensación de estar enfermo
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Falta de apetito
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Cansancio extremo (fatiga)
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Fiebre baja
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Dolor en la parte superior del abdomen
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Ojos o piel amarillentos (ictericia)
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Agrandamiento del bazo
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Vasos sanguíneos delgados y visibles en la piel
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Retención de líquidos
Los síntomas de la hepatitis crónica pueden ser parecidos a los de otros problemas de salud. Consulte con su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.
Diagnóstico. El proveedor de atención médica le preguntará sobre su historia clínica. También le hará una exploración física. Es posible que también le hagan las siguientes pruebas:
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Análisis de las enzimas hepáticas
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Análisis de la función hepática
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Ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética del hígado
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Análisis serológicos y genéticos, entre otros
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Biopsia del hígado para encontrar la causa y determinar la gravedad de la inflamación, la cicatrización y la cirrosis
Tratamiento. El tratamiento dependerá de los síntomas, de la edad y del estado general de salud. También, de la gravedad de la afección.
El objetivo del tratamiento es detener el daño al hígado y aliviar los síntomas. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
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Un agente antiviral. Cuando la causa es la hepatitis B o C, la inflamación del hígado se puede detener con distintos agentes antivirales. Por lo general, la hepatitis C se puede curar.
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Corticoesteroides. Se pueden usar para tratar la enfermedad hepática crónica causada por un trastorno autoinmunitario. Se suprime la inflamación, pero la cicatrización del hígado puede continuar. Pueden combinarse con otros medicamentos.
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Suspensión de determinados medicamentos. Cuando determinados medicamentos son la causa de la hepatitis crónica, mediante la suspensión a menudo se eliminan los síntomas.
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Suspensión del consumo de alcohol. Esto alivia la enfermedad hepática alcohólica. Pero también es útil dejar de consumir alcohol si tiene otras afecciones del hígado.
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Control de afecciones metabólicas. La hepatitis puede repercutir en las afecciones metabólicas. Esto incluye la diabetes, los niveles altos de colesterol y triglicéridos, la obesidad y la presión arterial alta. Estas afecciones también deberán tratarse.
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